EL GRAN PROBLEMA DEL QUE NADIE HABLA
Dra. Ada Rosabal-Silva
Psicóloga Clínica
El gran problema del que nadie habla: LAS ADICCIONES. Lamentablemente el que no se hable de ellas no significa que no estén presentes de manera u otra en las vidas de la mayoría de la población a nivel mundial. Estamos hablando de a sustancias controladas pero también de la adicción al sexo, la masturbación y a la pornografía, comer en exceso, comprar en exceso así como a la adrenalina y a la tecnología.
La pregunta seria, aunque el tema de las adicciones no es nuevo, que hace su que su uso este tan extendido y generalizado en la actualidad. ¿Podría ser un intento de escapar aunque sea temporeramente de la realidad? De acuerdo a expertos debido a los cambios tan abruptos que ha traído la tecnología se ha suscitado un cambio en los valores que rigen la sociedad a saber, el egoísmo, la búsqueda del placer por el placer en sí y la tendencia a hacer cada vez menos para lograr metas personales o del bien común.
Es nuestra opinión, que el resultado de ese cambio en valores podría estar asociado a una deshumanización, que en conjunto con la tecnología, amenaza en convertirnos en seres con un vacío interior similares a máquinas. Ante este vacío existencial, el comenzar a utilizar los medios para llenarlos no se hacen de esperar. Comenzamos por un trago, una plantita de marihuana en casa para el control de la ansiedad y seguimos por un sedante colectivo generalizado para olvidar los problemas que nos aquejan.
Una solución al gran problema de las adicciones es enfocar en la prevención. Prevención no significa atemorizar a la población sobre las consecuencias del uso de drogas. Se trata más bien de concienciarnos, volver a lo básico hacia el re-encuentro con nuestra espiritualidad que es la sede de los valores inmutables y fuente de fortalezas internas desde el AMOR de Dios. Es también un llamado a construir puentes de amor con la familia, la escuela, las comunidades y medios de comunicación con Amor y desprendimiento total. Es trabajar intensamente con el convencimiento de que todo está en definitiva en manos de Dios.