Dra. Ada Rosabal-Silva
Psicóloga Clínica
La queja de muchas parejas es: “Nuestra intimidad se ve afectada porque nuestro hijo duerme en la cama con nosotros”. Yo les respondo que no es solamente la intimidad lo que se afecta sino el desarrollo adecuado del niño(a).
El bebe al nacer se siente que todavía es parte de su madre. Es un proceso de desarrollo normal en el niño(a), el ir logrando esa separación psicológica según va creciendo. El término que se usa en psicología es irse “individuando”, es decir reconociéndose como un (una) individuo independiente de su madre-padre.
Cuando los padres mantienen a esos hijos dentro del lecho matrimonial ese desarrollo natural en el niño se podría ver afectado. Sería importante fomentar el hábito de que el niño aprenda cuál es su espacio propio para dormir y cuál es el espacio de los padres.
Por otro lado, muchos padres a propósito llevan sus hijos a la cama (a veces hasta las mascotas), para evitar la intimidad física con sus esposos, sea porque están cansados o porque han perdido el deseo. A veces no tienen la información, tampoco saben cómo hacerlo, en cuyo caso, sugiero que busquen ayuda para retomar su matrimonio y aprender las destrezas necesarias.
Lo importante es aclarar, que cuando el matrimonio se convierte solamente en la tarea de criar hijos, sin tomar en consideración la importancia de mantenerse como pareja, el tiempo de matrimonio o de estar juntos tiene fecha de terminación, tan pronto los hijos se van de casa, se acabó el “trabajo”. Mucho(a)s no esperan a que se vayan, porque deciden buscar la satisfacción matrimonial en otro lugar.
Así que los hijos dentro de la cama con mama y papa no es una práctica saludable, ni para el niño, ni para mama y papa.