
Dra. Ada Rosabal-Silva
Psicóloga Clínica
La queja de muchas parejas es: “Nuestra intimidad se ve afectada porque nuestro hijo duerme en la cama con nosotros”. Yo les respondo que no es solamente la intimidad lo que se afecta sino el desarrollo adecuado del niño(a).
El bebe al nacer se siente que todavía es parte de su madre. Es un proceso de desarrollo normal en el niño(a), el ir logrando esa separación psicológica según va creciendo. El término que se usa en psicología es irse “individuando”, es decir reconociéndose como un (una) individuo independiente de su madre-padre.
Cuando los padres mantienen a esos hijos dentro del lecho matrimonial ese desarrollo natural en el niño se podría ver afectado. Sería importante fomentar el hábito de que el niño aprenda cuál es su espacio propio para dormir y cuál es el espacio de los padres.
Por otro lado, muchos padres a propósito llevan sus hijos a la cama (a veces hasta las mascotas), para evitar la intimidad física con sus esposos, sea porque están cansados o porque han perdido el deseo. A veces no tienen la información, tampoco saben cómo hacerlo, en cuyo caso, sugiero que busquen ayuda para retomar su matrimonio y aprender las destrezas necesarias.
Lo importante es aclarar, que cuando el matrimonio se convierte solamente en la tarea de criar hijos, sin tomar en consideración la importancia de mantenerse como pareja, el tiempo de matrimonio o de estar juntos tiene fecha de terminación, tan pronto los hijos se van de casa, se acabó el “trabajo”. Mucho(a)s no esperan a que se vayan, porque deciden buscar la satisfacción matrimonial en otro lugar.
Así que los hijos dentro de la cama con mamá y papá no es una práctica saludable, ni para el niño, ni para mamá y papá.

Dra. Ada Rosabal-Silva
Psicóloga Clínica
La pasión es el primer peldaño de eso que llaman amor. Es la atracción física que provoca el anhelo de querer unir los cuerpos íntimamente para compartir el placer de satisfacer los deseos sexuales. Estos deseos son provocados por una serie de procesos neuroquímicos que comienzan en el cerebro: la fenitalina que es una anfetamina que provoca la secreción de la dopamina y la oxitocina (implicados en el deseo y específicamente en el deseo sexual) para completar la misión de la naturaleza…la procreación de la especie humana.
Esa primera fase del deseo en los humanos, que es la pasión, tiene un tiempo de duración, de acuerdo a los expertos, dos años a lo sumo. Después de esos dos años, la pareja continuara la satisfacción a sus necesidades sexuales exitosamente, solamente si ha logrado satisfacer además de las necesidades físicas, sus necesidades emocionales.
Ahí entra la segunda fase del amor: amor de compañeros, amigos, panas, personas en las que confío, con las que comparto mis alegrías y penas, me anima en mis metas y viceversa, con la que puedo pelear y no estar de acuerdo y a pesar de eso confío en que siempre estará ahí para perdonarme y también yo a él o ella.
Cuando estas dos fases se consolidan, surge una respuesta de exclusividad y compromiso. Queremos compartir todo lo relativo a nuestras vidas, incluyendo familias y economía. Muchos expertos coinciden en que las parejas que comparten una fe o creencia superior tienen más posibilidad de mantener este compromiso que las que no la tienen.
Tristemente, el desconocimiento de estas fases del amor, lleva a la separación de muchas parejas que podrían lograr una unión satisfactoria y de placer si no se dan por vencidos y continúan trabajando el segundo nivel hasta encontrar nuevamente el placer de la pasión que suele ser más satisfactoria y profunda que al principio. Más tristemente aún es el que sigan cometiendo los mismos errores en futuras relaciones, sin saber que a veces no es culpa de la pareja sino de la ignorancia que tenemos acerca del proceso de la relación de parejas.
Sin embargo, tenemos que reconocer que no todas las parejas tienen lo que hace falta para lograr el amor en todas sus fases. A veces uno de los dos no tiene el deseo o voluntad, o no tiene la maduración psicológica para comprometerse, o esta físicamente o psicológicamente incapacitado para llevar a cabo tan importante misión, en cuyo caso tampoco funciona.
Si esto es así y a uno o a ambos se les acaba el amor, hagan su proceso de reflexión, aprendan de sus errores, pregúntense:
¿Qué pasó?
¿Que podría hacer diferente la próxima vez?
¿Escoger mejor o aprender a comunicar desde mis sentimientos o pedir perdón o hacer planes hacia el futuro en conjunto?
¿Cuán importante hubiese sido incorporar lo transcendente, a Dios, en nuestra relación?
Aprende la lección y con optimismo y confianza… haz duelo dejando salir las emociones negativas que suelen dejar y después de un tiempo prudente en que ya has sanado las emociones, vuelve a comenzar recordando que nadie nace sabiendo ni perfecto pero si con la capacidad de aprender de los errores y corregirlos.
Confía en ti…confía en Dios.

Dr. Ricardo J. del Río Morales
La Transición a la Paternidad
Hoy día, tener una relación matrimonial (o de convivencia) representa un reto donde la probabilidad de fracaso es mayor que la de éxito. Uno de los periodos de mayor riesgo para las parejas es la transición a la paternidad/maternidad. La transición a la paternidad/maternidad se define como el periodo de tiempo desde el embarazo hasta algunos meses después del nacimiento del primer hijo/a. Manejar este cambio de manera positiva ofrece beneficios para la pareja, el niño/a, y la sociedad en general. Este potencial de beneficios significativos para todos ha llevado a varios países a desarrollar y establecer programas de intervención y educación que aumenten la probabilidad de una transición positiva.
La presencia y dependencia total del bebé impulsa en la pareja cambios de roles, rutinas, intereses y presupuestos, para mencionar algunos, y promete un proceso continuo de cambio a partir de ese momento. Una premisa importante es la creencia que cada cual tiene acerca de los cambios garantizados. ¿Son dificultades u oportunidades?
La transición positiva es influenciada por muchas variables o factores. Las características individuales del padre, de la madre, y del bebé, el ambiente donde se desarrolla la familia, el grupo de apoyo social (ej. familia, amistades, compañeros de iglesia, y compañeros de trabajo), el grado de afecto entre la pareja, y la cultura, son algunas de las variables que influyen en la transición. Esto incluye cosas tan básicas como cambiar pañales, turnarse para alimentar de madrugada al bebe, ir al cine, lactar, tolerar y entender el llanto, salir con amistades…
En Puerto Rico, el único requisito para salir del hospital con un bebé es tener el asiento protector y pagar la factura del hospital. Por lo tanto, la responsabilidad de obtener la información necesaria para llevar a cabo una transición positiva es de los individuos.

La negociación en la relación matrimonial
Dra.Ada Rosabal-Silva
Ante todo definamos los términos .
Negociación:
La negociación es el proceso por el cual las partes interesadas resuelven conflictos, acuerdan líneas de conducta, buscan ventajas individuales o colectivas, procuran obtener resultados que sirvan a sus intereses mutuos. Se contempla generalmente como una forma de resolución alternativa de conflictos o situaciones que impliquen acción multilateral.
Matrimonio:
El matrimonio (del latín: matrimonīum) es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los cónyuges —y en muchos casos también entre las familias de origen de éstos— una serie de obligaciones y derechos que también son fijados por el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad. De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de parentesco vigente.
En ninguna de las dos definiciones se mencionan los conceptos de AMOR y CRISTIANO, lo cual hace una diferencia en los momentos en que las parejas se encuentran con situaciones de conflictos en los que ambos parecen no ponerse de acuerdo en cuál o cuáles serán las decisiones que habrán de tomar para poder continuar con el compromiso contraído antes Dios: En la salud y la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza…cuando estemos de acuerdo o no estemos de acuerdo en los conflictos normales esperados que vamos a enfrentar como matrimonio y familia…hasta que la muerte nos separe.
El Amor en la relación matrimonial cumple con el Plan de Dios de que en todas las etapas de nuestra vida contemos con el Amor de Dios. En el matrimonio se manifiestan con fuerza el Amor de Dios que se hace presente en el amor erótico, el amor de amigos y el amor a los hijos de darse placer mutuamente, el Amor de Dios. Jesus confirmo y valido ese amor de parejas con su mandato de para toda la vida…
No es por casualidad que el mandato esta tan claro. Jesus sabia lo difícil que es llevar a cabo una matrimonio y lo duro de cabeza que somos en momentos en que no nos ponemos de acuerdo.


Ada Rosabal-Silva Psy.D.
El dolor relacionado con la pérdida podría ser insoportable, tanto más si existe la creencia de que esa separación es final y que no se habrán de reconectar con esa relación amorosa otra vez. Aunque hay muchos tipos de pérdidas, la muerte es solamente una de ellas, ella es, en muchos casos, la más dolorosa. Quizás porque existe la incertidumbre de no saber lo que realmente pasará con sus seres queridos, una vez que sus cuerpos físicos, dejan de existir tal y como lo conocen
Hay muchos tipos de pérdidas, las que se experimentan a través de todo el ciclo de la vida. Se pierde juventud, amigos, esposos, trabajos, patrias, salud entre otras. La pérdida es parte de la experiencia humana y lo que caracteriza la vida misma. Sin embargo siempre es dolorosa.
El LUTO es el período que sigue a la muerte de un ser querido. El luto es parte de un período posterior a la muerte. Comienza cuando los sobrevivientes sienten la necesidad de hacer duelo como manera de procesar la pérdida.Los duelos pueden ser de diferentes maneras. Algunas personas atraviesan por ese período abandonándose sin esperanzas en un luto que arropa toda su vida. Esas personas esperan a que el tiempo pase para que se sanen todas las heridas. La creencia es que solo al pasar el tiempo es que pasará el dolor. Todo lo que hay que hacer es esperar, para que las cosas cojan nuevamente su rumbo.
Algunos autores, entre ellos la Dra. Elizabeth Kubler-Ross, en sus estudios con personas manejando las pérdidas, ha distinguido unas etapas emocionales por las que las personas en luto atraviesan. Estas van desde la negación, coraje, tristeza, negociación hasta la aceptación de la perdida.Reconociendo que esas etapas emocionales son observadas en este tipo de población, es importante notar, sin embargo, lo que los últimos estudios de William Worden sobre el tema explican: Hay que alertar sobre la importancia de procesar los duelos de una manera activa. Esto implica el que los allegados tengan la oportunidad de ventilar las emociones, que aunque en el momento de la pérdida son esperadas, después, inadvertidamente, se podrían tornar en algún tipo de disfunción de conducta y/o relacional.
NIVEL DE FUNCIONAMIENTO DURANTE EL LUTO
El nivel de funcionamiento de los allegados en duelo, inmediatamente después de la pérdida, es una de desorganización total donde las emociones de angustia y pánico a menudo provocan confusión. La que cuentan con apoyo
social y familiar, se mantienen firmes en el momento. Seis meses después, sin embargo, regresa el pánico y más desorientación. Al ausentarse el apoyo social, la persona en duelo toca fondo. La tristeza, el llanto y reacciones asociadas a la pėrdida, son esperadas, de acuerdo a autores, en un período de hasta dos años, después, sería considerada un luto complicado.
Por todo esto es importante, buscar apoyo y de ser necesario, ayuda para poder sobreponerse al dolor relacionado con la pérdida de nuestros seres queridos activamente. Los Amigos Compasivos, están ahí para apoyar a padres que han experimentan la perdidas de los hijos. Los Tanatólogos acompañan a personas en procesos de dar el cambio en esos primeros meses que siguen a la perdida, pero solamente terapeutas cualificados están capacitados para trabajar en lutos complicados.
Es interesante notar que de acuerdo a los estudios llevados a cabo por especialistas en el tema, el 60% de los individuos en duelo, reportan experiencias paranormales tales como sentir la presencia de los seres queridos fallecidos. Estas experiencias son experimentadas por la mitad de ellos como una presencia generalizada no especifica, mientras que algunos otros pocos, aunque en cantidades significativas, describen sensaciones visuales, auditivas o de olfato de sus seres queridos. El 85% consideraban agradables las experiencias mientras que el 6% las consideraban perturbadoras. (Datson y Marwith en Neimeyer, 2005).
Se deduce entonces, que las experiencias paranormales o espirituales en las personas en duelo son bastante comunes por lo que el trabajar desde un nivel espiritual que le haga sentido al doliente es un elemento de competencia en las personas que trabajan en ese campo. Siempre con el mayor respeto hacia el mundo de creencias de la persona.
En resumen, trabajar las perdidas requiere ayuda y conocimiento y nos indica la gran responsabilidad que tenemos todos los que estamos en el rol de apoyo o que trabajamos con estas poblaciones. El trabajar desde un nivel superior de conciencia espiritual a la vez que nos capacitamos sobre los hallazgos y técnicas para trabajar con esta población se hace necesario. El conocer cuáles son los terapeutas mas capacitados para atender nuestras necesidades de trabajar las perdidas es también la responsabilidad de todos.

Ada Rosabal-Silva Psy.D., ACC
¿Por qué las personas tienden a escoger parejas que les dan los mismos problemas que las anteriores?
Este fenómeno tan común puede obedecer a una de tres razones principales.
La primera es que en el proceso de atracción original, apagan el lado lógico e inteligente del cerebro. Se dejan llevar solo por las emociones fascinantes y agradables que suelen surgir en esta etapa. La atracción primera que se experimenta, es personalmente pre- determinada y no tiene una sola razón de ser sino que tiene muchos componentes que responden a unos modelos de atracción que son únicos de cada individuo. Por ejemplo, algunas mujeres escogen, de manera inconsciente, figuras más parecidas a papa o a modelos idealizados en la pubertad o a experiencia agradables tempranas.
Lo importante es que ante esta atracción hacia estos hombres o mujeres de los que me siento atraída(o), debe estar acompañada de una evaluación de la personalidad, conducta y actitudes que podría estar mostrando de manera inadvertida. Por ejemplo, el cerrar con fuerza una puerta del carro al sentirse molesto, podría ser una señal aislada de molestia o podría responder a un patrón de dificultades con el control y manejo del coraje y la agresividad. Solo lo vas a averiguar si hablas con sinceridad de su preocupación y observa otros comportamientos similares.
La segunda razón por la que eso sucede es cuando carecemos de destrezas de mirarnos a nosotros mismos para determinar cuál es nuestra participación en las dificultades de parejas. Si somos nosotros los que tenemos dificultades de personalidad o de conducta, ella se van a repetir con cualquier tipo de parejas que escojamos, porque la dificultad radica en nosotros no el ellos (ellas). Ej. “Él puede decir, me volvió a tocar una mujer controladora y exigente”, cuando podría ser en realidad, una dificultad propia en comunicarse en el nivel emocional y no poder establecer relaciones de intimidad con ellas.
La tercera razón, podría ser, que desconocen las reglas básicas de la relación de parejas. El amor es indispensable pero no suficiente para llevar a cabo una relación de compromiso. La mejor inversión que toda pareja puede hacer para que su relación funcione, es invertir en tiempo y esfuerzo para aprender cómo ser parejas: libros, talleres, conferencias, terapias. Todas ellas contribuyen a hacer una base sólida que pueda sostener una relación para toda la vida.

Ada Rosabal-Silva Psy.D.
El dolor relacionado con la pérdida podría ser insoportable, tanto más si existe la creencia de que esa separación es final y que no se habrán de reconectar con esa relación amorosa otra vez. Aunque hay muchos tipos de pérdidas, la muerte es solamente una de ellas, ella es, en muchos casos, la más dolorosa. Quizás porque existe la incertidumbre de no saber lo que realmente pasará con sus seres queridos, una vez que sus cuerpos físicos, dejan de existir tal y como lo conocen.
Hay muchos tipos de pérdidas, las que se experimentan a través de todo el ciclo de la vida. Se pierde juventud, amigos, esposos, trabajos, patrias, salud entre otras. La pérdida es parte de la experiencia humana y lo que caracteriza la vida misma. Sin embargo siempre es dolorosa.
El LUTO es el período que sigue a la muerte de un ser querido. El luto es parte de un período posterior a la muerte. Comienza cuando los sobrevivientes sienten la necesidad de hacer duelo como manera de procesar la pérdida.
Los duelos pueden ser de diferentes maneras. Algunas personas atraviesan por ese período abandonándose sin esperanzas en un luto que arropa toda su vida. Esas personas esperan a que el tiempo pase para que se sanen todas las heridas. La creencia es que solo al pasar el tiempo es que pasará el dolor. Todo lo que hay que hacer es esperar, para que las cosas cojan nuevamente su rumbo.
Algunos autores, entre ellos la Dra. Elizabeth Kubler-Ross, en sus estudios con personas manejando las pérdidas, ha distinguido unas etapas emocionales por las que las personas en luto atraviesan. Estas van desde la negación, coraje, tristeza, negociación hasta la aceptación de la perdida.
Reconociendo que esas etapas emocionales son observadas en este tipo de población, es importante notar, sin embargo, lo que los últimos estudios de William Worden sobre el tema explican: Hay que alertar sobre la importancia de procesar los duelos de una manera activa. Esto implica el que los allegados tengan la oportunidad de ventilar las emociones, que aunque en el momento de la pérdida son esperadas, después, inadvertidamente, se podrían tornar enalgún tipo de disfunción de conducta y/o relacional.
NIVEL DE FUNCIONAMIENTO DURANTE EL LUTO:
El nivel de funcionamiento de los allegados en duelo, inmediatamente después de la pérdida, es una de desorganización total donde las emociones de angustia y pánico a menudo provocan confusión. La que cuentan con apoyo social y familiar, se mantienen firmes en el momento. Seis meses después, sin embargo, regresa el pánico y más desorientación. Al ausentarse el apoyo social, la persona en duelo toca fondo. La tristeza, el llanto y reacciones asociadas a la pėrdida, son esperadas, de acuerdo a autores, en un período de hasta dos años, después, sería considerada un luto complicado.
Por todo esto es importante, buscar apoyo y de ser necesario, ayuda para poder sobreponerse al dolor relacionado con la pérdida de nuestros seres queridos activamente. Los Amigos Compasivos, están ahí para apoyar a padres que han experimentan la perdidas de los hijos. Los Tanatólogos acompañan a personas en procesos de dar el cambio en esos primeros meses que siguen a la perdida, pero solamente terapeutas cualificados están capacitados para trabajar en lutos complicados.
Es interesante notar que de acuerdo a los estudios llevados a cabo por especialistas en el tema, el 60% de los individuos en duelo, reportan experiencias paranormales tales como sentir la presencia de los seres queridos fallecidos. Estas experiencias son experimentadas por la mitad de ellos como una presencia generalizada no especifica, mientras que algunos otros pocos, aunque en cantidades significativas, describen sensaciones visuales, auditivas o de olfato de sus seres queridos. El 85% consideraban agradables las experiencias mientras que el 6% las consideraban perturbadoras. (Datson y Marwith en Neimeyer, 2005).
Se deduce entonces, que las experiencias paranormales o espirituales en las personas en duelo son bastante comunes por lo que el trabajar desde un nivel espiritual que le haga sentido al doliente es un elemento de competencia en las personas que trabajan en ese campo. Siempre con el mayor respeto hacia el mundo de creencias de la persona.
En resumen, trabajar las perdidas requiere ayuda y conocimiento y nos indica la gran responsabilidad que tenemos todos los que estamos en el rol de apoyo o que trabajamos con estas poblaciones. El trabajar desde un nivel superior de conciencia espiritual a la vez que nos capacitamos sobre los hallazgos y técnicas para trabajar con esta población se hace necesario. El conocer cuáles son los terapeutas mas capacitados para atender nuestras necesidades de trabajar las perdidas es también la responsabilidad de todos.

Ada Rosabal-Silva Psy.D.
Las relaciones de parejas en su mayoría, fracasan, no porque se “acaba el amor”, como comúnmente escucho, como terapeuta de parejas y familias, sino porque desconocen que hay unas Reglas Básicas para su mantenimiento. De la misma manera que nos adiestramos para todo lo que es importante en la vida, las relaciones entre los miembros de la familia, comenzando por la pareja, no son excepción.
Los seres humanos, somos todos diferentes así que estoy de acuerdo de que no hay reglas infalibles, sin embargo, los estudios e investigaciones llevados a cabos por psicólogos del campo de familia, han delineado unos elementos en común que facilitan esta labor tan importante que llevamos a cabo, desde nuestro nacimiento hasta la muerte: crecer y desarrollarnos dentro del seno de una familia.
De la misma manera que individualmente crecemos físicamente, psico-emocionalmente y espiritualmente, así también las relaciones de parejas, padres e hijos, van cambiando, aún cuando externamente parezcan las mismas. Las dificultades aparecen, precisamente, cuando no entendemos ni sabemos como enfrentar esos cambios.
Es ya parte del léxico popular el proclamar es que yo vengo de una familia disfuncional. Mi comentario siempre es muéstrame una que sea funcional.
No hay familias sin dificultades y tropiezos, los conflictos son parte de la vida Se trata de aprender tanto de ellos como de solucionarlos de la manera mas apropiada, utilizándolos como base para construir una familia mas fuerte y saludable.
La pareja es la célula básica de la familia, tal y como lo es también de la sociedad. La satisfacción que provee sentirse a gusto dentro de una relación de parejas bien vale la pena el esfuerzo por conseguirla. Esa satisfacción va madurando a medida que va pasando el tiempo de matrimonio y convivencia, contribuyendo a un sentido de vida mayor. Por el contrario, de la misma manera, una relación no cuidada ni trabajada, puede producir el efecto contrario, desilusión y sensación de fracaso generalizada. No es casualidad que muchas veces las parejas busquen esa sensación de bienestar en otras personas o actividades, provocando mas descontento e insatisfacción al introducir elementos externos a la relación.
El divorcio suele ser el derrotero final en estos casos. Estudios llevados a cabo a través del tiempo siguiendo el crecimiento y desarrollo de los hijos de matrimonios divorciados, muestran las características no tan positivas de esta población. Lo curioso es que las mismas continúan de generación en generación a menos que no se incorporen cambios en creencias, valores y patrones de conducta familiares mas positivas y a tono con la realidad actual que viven.
Adiestrarnos no es entonces opcional. Es una responsabilidad con nosotros mismos, nuestras familias y con nuestra sociedad.
Bienvenidos.